Bienvenidos a Buenos Aires, la Reina del Plata! Una cuidad única donde vivirás experiencias urbanas excepcionales. 
Buenos Aires es uno de los destinos gay más sofisticados del mundo. Tiene el estilo europeo de Milán o París, pero con una diferencia que la vuelve única: la movida gay dura las 24 horas del día. En ella encontrarás una mezcla entre la elegancia de las capitales europeas y el espíritu Sudamericano.La Ciudad fue fundada dos veces: La primera en 1536. Don Pedro de Mendoza, colonizador español, quien la nombró: Ciudad del Espíritu Santo y Puerto Santa María del Buen Aire. La segunda en 1580. Por Juan de Garay que la denominó Ciudad de Trinidad. 
En el siglo XIX el puerto fue el punto de llegada de la gran corriente inmigratoria promovida por el Estado argentino para poblar la nación. Españoles, italianos, franceses, judíos, sirio-libaneses, polacos, rusos, etc. le imprimieron a Buenos Aires el eclecticismo cultural que la distingue. A lo largo del siglo XX, sucesivas migraciones —internas, de países latinoamericanos y de Oriente— terminaron de conformar a Buenos Aires como una ciudad cosmopolita en la que conviven personas de diversas culturas y religiones
Recorriéndola seguramente sentirás una sensación de deja vú visitando los grandes bulevares, enormes parques, su magnifica arquitectura, y la siempre cambiante moda de la hermosa capital de Argentina. Paseando por barrios como Recoleta, Palermo, Belgrano, por momentos estarás persuadido que te encuentras en el Distrito 16 de Paris. Los Porteños, -como se llama a los habitantes de Buenos Aires-, sienten una especie de raro orgullo de ser los más europeos de Sudamérica.
Pero no te dejes confundir por los estilos arquitectónicos de esta gigantesca urbe de casi 13 millones de habitantes, puede parecer en algunas partes una civilizada ciudad europea, pero pronto notarás las actitudes latinas de los Porteños: como el caos en el tránsito, la calidez de las relaciones, la forma apasionada en que hablan, y la importancia que le dan a la familia y amigos, todo ello entre otras convierten a Buenos Aires un lugar fascinante e inusual.
